viernes, 24 de abril de 2009

EL JARRON AZUL (Parte III)

A las doce y media, cuando Cappy iba a almorzar, se encontró con Peck, quien iba cojeando por la acera.
Peck prontamente sacó una tarjeta del bolsillo y se la mostró diciendo:
"¿Qué le parece esta tarjeta, Mr. Ricks... no cree que se ve flamante?".
Cappy leyó en ella:
"Compañía Maderera Ricks, Maderas de toda clase y para todos usos sin excepción. Representada por William E. Peck".
Cappy Ricks pasó un dedo curiosamente por las líneas impresas, y vió que estaban grabadas.
Sabiendo perfectamente que un grabado de imprenta no se hace en media hora, contesto:
-''Oye, Peck, no me quieras tomar el pelo; dime la verdad, ¿Cuándo decidiste venir a trabajar con nosotros?".
- Desde hace una semana.
- Peck, ¿acaso has llegado a vender alguna vez abeto fétido?.
- Peck se mostró bastante confundido y significando una negativa con la cabeza, preguntó
"¿Qué clase de palos es ése"?
- Abeto de California... es una madera áspera y correosa, muy pesada y despide un olor como de zorrillo cuando se corta. Creo que Skinner te va a dar lo peor que hay para empezar, y eso es lo peor.
- ¿Se pueden clavar clavos en ella Mr. Ricks?.
-Ah claro.
- ¿Ha llegado alguien a venderla alguna vez?
- De cuando en cuando uno de nuestros agentes más listos suele tropezar con algún mentecato que compra lo que venden; de lo contrario no la tendríamos más. Afortunadamente, Peck no nos queda mucha, pero siempre que nuestros hacheros del monte encuentran un buen árbol no lo dejan en pie; por eso casi siempre tenemos suficiente existencia de abeto fétido para darles a los agentes algo con qué demostrar que saben vender.
- Yo puedo vender cualquier cosa si vale el precio - concluyó Peck con aire de desafío, y continuó su camino hacia la oficina de la empresa.

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